cumple el papel de creadora. La Diosa se comprende de distintas formas, pero en general se entiende como el “Alma de la Naturaleza”. Ella es la fuerza vital que anima todas las cosas. La potencia eterna y sagrada que permite la creación y a su vez “es” la creación.
A menudo
la Diosa se comprende de un modo panenteísta. El panenteísmo es un concepto
filosófico que indica que la divinidad ya está en todo, lo es todo y lo
trasciende todo. Es decir, la Diosa es la creadora de vida y la creación misma,
y a la vez trasciende la materia. Según esta visión todos nosotros formamos
parte de la Diosa, somos su extensión, porque nuestras almas son una porción de
su energía.
En la
cultura patriarcal se nos ha enseñado que la divinidad está separada de la
creación. Dios está arriba y es hombre. Sin embargo, cuando estudias las
religiones paganas y descubres el concepto de la Diosa, empiezas a ampliar
horizontes y comprendes que lo divino también se manifiesta en la Natura.
Entonces dejas de llamar a la divinidad “Dios”, porque sabes que esa etiqueta
es limitante. Ahora empiezas a llamarlo de otra forma, como Fuente, Espíritu,
Conciencia Universal, El Todo, etc.
¿Pero por
qué tiene que haber una Diosa?
¿Es que
necesitamos adorar algo más?
¿No basta
con un Dios omnipresente?
Si existe
un Dios, obviamente ha de haber una Diosa, porque la divinidad abarca todos los
conceptos. Si los hombres hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, ¿a
imagen de quién hizo a la mujer? Obviamente a imagen de la Diosa, pues Ella es otro
aspecto de la divinidad.
Cuando te
dicen que pienses en Dios, automáticamente piensas en un hombre mayor sentado
en su trono. ¿A que te ocurre lo mismo? Esto pasa porque los occidentales nos
hemos educado bajo una estructura religiosa patriarcal. Sin embargo, la
divinidad es la plenitud de todo lo existente, de modo que también incluye la
parte femenina. Si entiendes lo divino como algo neutro, puro, omnipresente,
inmanente, trascendente, etc., te resultará fácil de entender que la divinidad
lo es todo (masculino y femenino, creadora y creación, materia y energía).
Analizando
el paganismo del Mediterráneo y Oriente Próximo, descubrí que en los antiguos
pueblos se concibió a la Diosa de formas diferentes, con nombres distintos,
pero en esencia todas son manifestaciones de su presencia. Te diré, que las
religiones donde la Diosa tiene presencia, son más prósperas, equilibradas y
felices. Lo son porque sus preceptos enseñan a usar los recursos naturales con
equilibrio. Cuando ves a la Diosa en todo, puedes contemplar la creación con
ojos sabios. Aprendes a valorar el bosque, a cultivar plantas, a sanar y a proteger.
También aprendes a escuchar tu intuición, a desarrollar tus talentos y a
ponerlos al servicio de la vida. En lugar de centrarte en lo exterior, en la batalla
o en el egoísmo, comprendes que puedes curar, amar y proteger.
La Diosa también
tiene la capacidad de regenerar la vida. Ella mantiene el equilibrio entre la
vida, la muerte y la resurrección. Cuando los bosques se talan de forma
indiscriminada, Ella activa la energía vital haciendo que vuelvan a resurgir.
Cuando los ecosistemas se desajustan por el clima, ella equilibra la energía.
La Diosa es la regeneradora del equilibrio, pero si abusamos de su poder, entonces
alteramos el proceso y la vida se resiente. Por eso necesitamos recuperar el
concepto de la Diosa, pues honrarla nos hace respetar y amar la Naturaleza.
Cuando una
cultura desacraliza la Natura y aparta lo femenino del marco divino, el
equilibrio se altera. Entonces la Naturaleza se explota, la mujer se maltrata y
la vida pierde su matiz sagrado. Lo hace porque la atención se centra en lo
externo, en el poder, en la autoridad, y esto genera un vacío psicológico y
espiritual que termina corrompiendo al propio sistema. Al apartar a la Diosa de
la divinidad, el sistema se queda cojo, divorciado, mutilado. Le falta la parte
femenina que compensa y restaura la energía. Esto podemos verlo en el judaísmo,
en el cristianismo y el islam.
En estas religiones no hay un referente de la
Diosa igualitario ni inmanente a la creación. En lugar de ver la creación como
algo sagrado, se condena a la Natura y a la mujer por considerarla fuente de
pecado. Esta visión deja mutilada la propia concepción divina y hace que la
espiritualidad no se viva de manera completa. También influye en nuestra vida,
pues si crees que la Tierra y la mujer son malvadas, entonces la propia vida
también lo es. Por eso es necesario recuperar a la Diosa y liberarla de esas ideas
absurdas, oscuras y malvadas, que han permanecido durante los últimos milenios.
La Diosa
también se comprende como la propia evolución. Ella es la fuerza de la vida y
está presente en la creación, la muerte y la resurrección. Es el poder del
cambio, el crecimiento, la protección, la energía que te invita a vivir de
forma saludable y feliz. Sin Diosa, la vida sería un caos continuo, incapaz de
albergar vida. Por eso los paganos seguimos a la Diosa.
En el mundo
antiguo, la Diosa se entendió como “Madre de la Naturaleza”, “Diosa de la Luna”,
“Señora de los Animales”, “Protectora de las Cosechas”, “Reina del Cielo”, “Madre
de las Aguas” y “Estrella de los Mares”. Todas estas definiciones llegaron a
base de observación, pues cuando se observó la Natura, el hombre comprendió que
“algo” debía regir estas fuerzas misteriosas. Todos los seres humanos hemos
salido de la Diosa. Ningún hombre puede dar vida, es la Diosa la que crea, la
que nutre, alimenta y protege, por eso es imposible proteger la vida sin la
Diosa.
Algunas
culturas nos han legado conceptos magníficos para entender el espíritu de la
Diosa. Los antiguos egipcios decían de Isis: Soy todo lo que fue, todo lo que es y todo lo que será. Esta frase
nos enseña que en realidad, la Diosa es todo el potencial del multiverso. Es la
semilla que nace, el árbol que da frutos, la matriz que engendra vida, las
montañas y praderas. También es la Luna que cambia de fase cada mes y también
el ciclo estacional. La Diosa lo es todo y está en todo. Está presente en la
Naturaleza física y a la vez es trascendente.
La mujer es
un reflejo de la Diosa. Ella es su representante humana, su sacerdotisa,
profetisa, mensajera…, porque la mujer es la extensión de la Diosa. Las mujeres
fueron las primeras en captar su presencia y rendir tributo al Sagrado
Femenino. Gracias a su biología y espíritu, la mujer está conectada con la
Diosa de manera natural y esta conexión le permite desarrollar sus talentos
ocultos, psiquismo, videncia, dones curativos y amor. Fue la mujer la primera
que supo usar hierbas medicinales, curar heridas, proteger a los niños, crear
un hogar y mantener la unidad del clan. Aunque el hombre era el protector y el
guerrero, la mujer era la que mantenía la llama de la esperanza encendida.
Otro texto
que expresa muy bien lo que es la Diosa es el encontrado en Nag Hammadi,
hallado en Egipto en 1945 junto con otros escritos gnósticos que datan del
siglo II d. C. Dice así:
Soy la primera y la última
Soy aquella que recibe los honores
Y la que es despreciadaSoy la prostituta y la santa
Soy la esposa y la virgen
Soy la madre y la hija
Soy el miembro de mi madre
Soy la que es estéril
Y muchos son sus hijos
Soy la que posee unas grandes nupcias
Y no ha tomado marido
Soy la comadrona
Y aquella que no da a luz
Soy el alivio de mis dolores
Soy la esposa y el esposo
Y es mi marido quien me trajo al mundo
Soy la madre de mi padre
Y la hermana de mi marido
Y él es mi progenie
Escuchadme:
Soy aquella que ha caído en desgracia
Y la que es grande
Este texto
explica lo que es la Diosa con ejemplos prácticos. Si la Diosa está en la mujer
santa, también está en la prostituta. Si está en la madre, también en la hija y
si es la vida también es la muerte. Todos los procesos evolutivos forman parte
de la Diosa, porque ella rige el cambio evolutivo. Los historiadores piensan
que antes de que se crearan las religiones patriarcales, existía una creencia universal
donde la Diosa era invocada y honrada. Esta forma de espiritualidad sería la
primera religiosidad natural, primitiva, autóctona de la Tierra.
Me gusta la
Wicca porque su enseñanza recupera la presencia de la Diosa. La Wicca comprende
lo divino como Diosa y Dios, Padre y Madre, pues el concepto biteísta del Dios
y de la Diosa es la base de la vida. Se piensa que el concepto de madre fue el primero, pues de la mujer
nacen los bebés. Luego, surgió el concepto del padre, cuando el hombre comprendió que su papel era igual de
importante para la fecundación. Por eso la Wicca expresa una idea equilibrada
de la divinidad, pues al hacerlo integra la energía masculina y femenina del
Espíritu. La filosofía wiccana comprende lo divino como Padre y Madre y de esta
unión nace toda la creación. Por eso en las tradiciones paganas hay sacerdotes
y sacerdotisas, pues esta polaridad mantiene el equilibrio natural.
Sabio y Bendito seas
El Brujo Shiva