Un mes más el Esbat ha sido celebrado. Este mes ha sido diferente. Pues las energías que he percibido han sido distintas. A decir verdad, nunca sé cómo va a salir, pues una ceremonia Wicca esta viva en todos los sentidos.
Aunque existen unos pasos básicos que conforman la ceremonia, la ceremonia en sí misma está viva y siempre es diferente en cada mes. A la hora de trazar preparar el altar me guío por el mes en que nos encontramos. Marzo, energía en expansión, crecimiento, fuerza, la Rueda del Año comienza de nuevo.
Con estas palabras en mi mente dibujo en el plato central el símbolo de la Rueda. Es el símbolo del renacimiento y del ciclo vital. Cada mes cambio el símbolo del centro para que esté en sintonía con el tiempo actual, de modo que la Rueda me parece perfecta. Encima de él pongo el Caldero de la Diosa con las plantas mágicas y la base de sal para que todas las peticiones sean justas y acordes a su voluntad. Alrededor están los pilares de la vida, la tierra, el agua, el incienso y el fuego. Justo delante están las imágenes del Dios y de la Diosa, que son los Padres de la vida.
Como símbolo de la Primavera pongo flores moradas, me recuerdan la transformación interior que todos buscamos (reflejo de la que vemos en la tierra). Como en todos los Esbats he comenzado con la Devoción a la Diosa, el ejercicio de enraizamiento, la visualización de la Luna en el exterior (para conectarme), la apertura del altar y la creación del círculo. Siempre me siento emocionado cuando voy a crear el círculo. Para mí representa un centro de conexión entre los mundos.
Es un espacio temporal donde nos reunimos los seres humanos, los guías espirituales y los Dioses. Es como una sala donde todos nos juntamos en paz y confianza. En los cuartos están presentes los Guardianes de la Atalayas, aportándonos sus energías. En el centro están los Dioses, que nos presiden y bendicen. Delante del altar un Servidor de la Diosa, ofreciendo oraciones por sus hermanos necesitados.
En ese momento no soy más que un servidor (¿acaso soy otra cosa?). Un intermediario entre el mundo y sus necesidades y el plano espiritual y su poder. A medida que la ceremonia va avanzando, voy olvidándome de quién soy y qué hago aquí. Solo deseo unificarme al antiguo poder. Y ciertamente el tiempo se detiene. La percepción del tiempo y del espacio desaparece. Ya no pienso en las cosas mundanas, tan solo deseo presentar los ruegos de aquellos que confiaron en mí y rogar por ellos.
Sé que la Diosa y el Dios pueden ofrecernos sus bendiciones y que alguien ruegue por ti es bueno. De modo que me entrego al antiguo oficio confiado. La ceremonia se realiza bien. Este mes hay más de ciento veinticinco peticiones. Y mientras las voy presentando voy rogando. El simple hecho de rezar por los necesitados es placentero.
Esto es así porque soy creyente y Wiccano, pero también porque comprendo las necesidades de los demás. Al fin y al cabo yo también soy un ser humano y sé lo mal que se pasa cuando falta el trabajo, cuando hay escasez económica o dificultades familiares. No importa, confío en la Diosa y en el Dios y sé que mi trabajo ayudará. Conforme voy presentando las peticiones voy percibiendo algunos datos.
Una de las personas que me ha conferido su petición ha vivido una muerte cerca (quién?). No lo sé, la sensación ha sido rápida. También he visto que alguien debe ajustar su vida coherentemente para pagar sus deudas y que no basta con pedirle a la Gran Madre que interceda. También debe ser coherente ante las necesidades y actuar en consecuencia. Esto pasa a veces.
Las personas piensan que por pedir a un brujo un rezo su vida se solucionará sin que ellos hagan nada al respecto. Esto me deja de piedra, pues la magia debe verse como una ayuda extra a nuestro esfuerzo y no como la única solución. Comprendo la situación y sigo la ceremonia. Llega la parte de la Comunión Lunar. Bendigo la comida y la bebida, presento las oraciones y medito sobre el misterio vital.
La sensación es de paz, conexión directa desde mi interior y elevación. Me siento en paz con mi fe, con mi trabajo y con los Dioses. Me dispongo a despedir a los Guardianes y agradezco su ayuda. Ellos mantienen el equilibrio del círculo y aportan energías. Seguidamente deshago el círculo y recojo su energía en el Athame. Lo descargo sobre la Tierra y equilibrio mis energías. La ceremonia ha terminado.
El fuego del caldero todavía está ardiendo, pero todo está bien. Ninguna vela ha llorado ni mostrado signos de presencias extrañas, de modo que todo va bien. Ahora es el momento de comer algo para terminar de conectarme al plano terreno y reflexionar sobre la ceremonia. Bien. Un mes más me siento bendecido por la Diosa y el Dios, así que debo agradecerles su presencia en mi vida. Gracias Santos Padres porque estáis aquí.
Sabio y Bendito Seas
El Brujo Shiva
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