En el arte mágico no existe ninguna ley que te diga lo que tienes que comer. Eso es algo que
cada cual debe decidir. A menudo leo artículos y comentarios en las redes sociales sobre la dieta y la espiritualidad. A veces veo comentarios intolerantes contra los carnívoros y otros ataques que
me dejan de piedra.
Las brujas no comen carne.
Las brujas son vegetarianas.
Las brujas son veganas.
Las brujas son…
¿De dónde salen estos comentarios?
Está claro que de la sabiduría antigua no. Ninguna bruja puede calificarse con estos
identificativos porque sería limitante y dañino para los demás. Hay brujas de todo tipo (igual que
personas), por eso no se puede afirmar que las brujas se alimentan de tal o cual cosa.
Cada bruja
puede escoger su alimentación de acuerdo a lo que sienta en cada momento. Hay brujas que son
carnívoras, omnívoras, vegetarianas, veganas y crudiveganas. Y no por eso son menos brujas. La
alimentación que tengas no va a despertar tus poderes mágicos nunca. Lo que de verdad lo hará,
será tu trabajo personal de conexión.
Por supuesto que si comes sano, tu cuerpo va a responder mejor y tu campo energético
también lo notará, pero afirmar que comer carne “anula tu poder espiritual”, es falso.
Cuando leo
estos comentarios, me doy cuenta de que en realidad, estas personas conocen muy poco el mundo
energético. Piensan que para ser espiritual no puedes comer ciertas cosas porque eso no te eleva.
Y no es así. Lo que no te eleva es tu apego hacia las cosas, la dependencia que tú mismo generas
con tu actitud, la negatividad que generas o la intolerancia que tienes hacia los demás.
En algunas reuniones he visto a veganos ponerse agresivos contra los vegetarianos y
carnívoros, por su elección. Algunos se vuelven fanáticos y dictadores y desean que los demás
hagan lo que dicen ellos. Esto en realidad, es una falta de respeto hacia la humanidad misma. Los
seres humanos somos omnívoros desde nuestro origen. Nuestra anatomía física está diseñada
para comer carne, verduras y pescado. Nuestros dientes están diseñados para cortar la carne,
desgarrarla y triturarla. Nuestro sistema digestivo está preparado para acelerar la digestión con
ácidos que disuelven la carne. Y nuestro intestino cumple la función de absorber los nutrientes y
agua en el organismo y desechar lo que ya no sirve.
Decir categóricamente que debemos ser vegetarianos no es cierto. Es pretender cambiar algo
que va más allá de tu naturaleza. Por supuesto que si decides ser vegano estás en tu derecho,
pero el mismo derecho lo tienen los demás. Aunque ser vegano suena bien, no todas las personas
pueden hacerlo aunque quieran.
Muchas personas son alérgicas al gluten, a la lactosa, a las
legumbres y a otros alimentos verdes. Otras son alérgicas a los sulfitos y no pueden tomar vinos,
pepinillos, mermelada, frutas en conservas, jarabes ni cereales. Estas personas tienen muy
restringida su alimentación y necesitan optar por otros recursos.
¿Entonces de qué se alimentarán?, ¿del aire? Como ves, no podemos hablar de alimentación a
la ligera porque cada persona tiene unas necesidades diferentes. Hay personas que no toleran la
lactosa y otras que sí. Hay personas que tienen alergia a los moluscos y otras que pueden
tomarlos sin problema.
Cuando reviso la historia de la humanidad, yo me pregunto lo siguiente:
¿De qué nos alimentábamos las personas en el mundo antiguo? Lo hacíamos de carne,
vegetales, pescado, leche, huevos, legumbres, frutas, etc. Nuestros antepasados comían de todo y
lo hacían porque tenían que sobrevivir. No había tantos problemas morales ni tabúes al respecto.
La idea de que este alimento está prohibido por la divinidad, vino después. Y no vino de la
divinidad precisamente, sino de otros seres oscuros que trataron de manipularnos. Muchas
religiones tienen prohibido comer cerdo, vacas, animales imperfectos y otras cosas por
“recomendación divina”. Pero debes saber que nada de eso es cierto. El Espíritu jamás dice lo que
tienes que hacer, eres tú el que decide.
Cuando hablo con personas mágicas sobre la alimentación, me doy cuenta de que existen
brujas y magos de cualquier opinión. Y todas son respetables. Encontrarás brujas que tienen una
postura concreta sobre la dieta y otras que simplemente lo ignoran. Hay brujas vegetarianas,
veganas, parcialmente veganas y otras crudiveganas.
Ninguna de estas dietas es “más bruja que
otras”, pues la alimentación depende de tu decisión. No creas que por ser omnívora eres peor
bruja. Nuestros antepasados eran carnívoros y luego añadimos las plantas a nuestra dieta. Lo que
sí estará bien, es que repases lo que comes y analices si es sano para ti. Hacerlo te hace más
consciente de tu materia y del medio que te rodea.
En el ámbito religioso también existen ideas extrañas.
¿Puedo comer carne si soy pagana?
¿Puedo comer carne en las fiestas sagradas?
¿Puedo comer cerdo si creo en Alá?
¿Puedo comer conejo si soy judío?
En realidad, tú puedes comer lo que desees. El que puedas hacerlo es algo que depende de ti.
Ningún alimento va a cortarte el vínculo a la tierra o a lo divino, por más que te lo digan los
demás. Por supuesto que no vas a comerte una araña venenosa, porque si lo haces, te mueres,
pero ya sabes lo que trato de decir.
Esto de la alimentación siempre genera discusiones acaloradas, tanto sociales como religiosas.
Incluso Jesús de Nazaret lo vivió y pasó olímpicamente de la regla. Para él, la comida era comida
y no había más que añadir. Si piensas que esta frase está sacada de contexto, piensa que en el
paganismo antiguo la comida tampoco tenía demasiados tabúes. Nuestros paganos europeos
comían de todo, eran cazadores, recolectores, agricultores, y no tenían traumas al respecto.
Sabían cuando había que cazar, cuando había que sembrar y recolectar y vivían en paz con la
Tierra. Como entendían que su supervivencia dependía del medio, no cometían tantos abusos como
nosotros y esto los mantenía en equilibrio.
¿Piensas que en nuestro tiempo ya no necesitamos cazar para sobrevivir?
Entonces tienes un problema de realidad. Actualmente se crían cerdos, vacas, corderos,
gallinas y miles de animales con el único propósito de alimentar a la humanidad. Como somos
tantas personas en el planeta, las industrias alimenticias tienen que criar a los animales en
granjas para alimentarnos. Es así de simple. Ya sé que muchas industrias explotan a los animales
abarrotándolos de piensos genéticamente manipulados, pero aun así, necesitamos comer.
Lo bueno del asunto es que cada vez hay más <conciencia animal> y las personas
buscamos alimentos sanos, sin procesar químicamente. Cada día son más las personas que
cuidamos nuestra salud, analizamos lo que comemos y buscamos armonizar nuestros cuerpos.
Esta actitud es saludable y armoniosa, te permite vivir en armonía, ser tolerante con los demás y apostar por una alimentación sana.
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